mayo 30, 2005

Por qué creo a Pío Moa

Nota de prensa: El historiador y colaborador de Libertad Digital Pío Moa ha sufrido un intento de agresión por parte de una veintena de radicales de extrema izquierda que irrumpieron en el Aula Magna de la Universidad Carlos III donde ofrecía una conferencia sobre la República. Enarbolando banderas tricolor, trataron de boicotear el acto. El Rector, Gregorio Peces Barba, ha mostrado su malestar, pero no por el intento de agresión, sino por invitar a Pío Moa a una conferencia sin consultarle. Vea dentro los carteles que llamaban al boicot antes de la conferencia.



Que historiadores como Pío Moa, o César Vidal, estén publicando libros de éxito en los que se revisa la historia de nuestra guerra civil y sus prolegómenos, está provocando verdadero pánico en la izquierda española. Tanto por el hecho de que cada vez queda más patente que la causa de nuestra fratricida confrontación no se redujo a que cuatro militares fascistas aniquiladores de derechos y libertades irrumpieran caprichosamente en el paraíso democrático que había forjado la república, como por el volumen de ventas cosechado por estos escritores, lo que puede ir dando al traste con tantos años de propaganda y demagogia, verdadero saco sin fondo de recolección de votos de la izquierda. El primer punto a destacar, es que parece razonable que sean historiadores los que hablen de Historia, y discutan sobre ello en debates, fundaciones y ateneos varios. Lo que me parece abyecto es que sean políticos los que saquen estos temas del cajón de la Historia y los arrojen al ruedo político para beneficiarse de ello, aunque esto signifique volver a abrir heridas y crear divisiones y odios en la población, no digo más que hasta se permiten hacer distinción entre “buenos y malos”. Por supuesto me refiero a políticos del PSOE principalmente, ya que Izquierda Unida carece de relevancia alguna, y PNV, ERC, ETA-Batasuna y compañía es lo que han hecho siempre, y es su sentido de existir.
Por otra parte, además de la indudable calidad y rigor de los trabajos de Moa o Vidal, basados en buena medida en una documentación exhaustiva, contrastada y depurada, existe el pequeño detalle que gran parte de lo que leo en esos libros lo estoy reviviendo hoy día. Cuando oigo a estos políticos progres vociferar que en las legislaturas de Aznar hemos vivido unos años negros de vuelta a la dictadura, con la supresión de buena parte de nuestras libertades, me quedo estupefacto, ya que lo que yo he experimentado han sido unos tiempos prósperos y de garantías democráticas. Ver a Llamazares como vociferaba en absolutamente TODAS las cadenas de televisión, prensa y radio que no había libertad de expresión, es cuando menos paradójico. O que cientos de militantes del PSOE ataquen las sedes del PP en aras de la libertad, o que el gobierno actual pacte con todos los partidos la expulsión del PP –MEDIA ESPAÑA- de las instituciones, -aunque estos partidos sean proclives a la desintegración de nuestro país, simpatizantes del terrorismo, como PNV, ERC, o aun más, terroristas como Batasuna o derivados-. Este tipo de cosas me recuerda enormemente al Pacto de San Sebastián para acabar con la monarquía o posteriores para terminar con la CEDA, -como el conato de Golpe de estado en 1934 porque un partido de derechas ganó las elecciones, algo que nunca ha tolerado la izquierda- . El colmo de la desesperanza es observar como Peces Barba llama “bueno” a Carrillo, responsable directo y artífice de miles de muertes en la guerra civil, pone el grito en el cielo junto con sus “compañeros” cuando a éste le atacan unos descerebrados y estúpidos ultras en la presentación de un libro, y permite que durante días se forme una campaña “antifascista” en su universidad para atacar a un ESCRITOR como Pío Moa, y no sólo no emite ni una palabra de desaprobación a éstos actos, sino que además ha dejado entrever que se encargará de que no vuelva por allí este historiador. Esta es la libertad de “su” expresión. El colgar el sambenito de fascista a cualquiera que no comulgue con las ideas de partidos como el PSOE –ideas por otra parte cambiantes, según sople el viento, y si no que se lo digan a Nicolás Redondo Terreros, Rosa Diez y demás- es muy viejo. Hoy día, están sufriendo estos descalificativos los políticos del PP, como Mariano Rajoy, o Esperanza Aguirre, símbolo últimamente de la “ultraderecha”, como hace 70 años se lo decían a Gil Robles y se justificaba así –y aun hoy día- actos como el levantamiento del 34, muy “legítimo para que esta ultraderecha no acabe con nuestras libertades”. Y sin embargo, uno ve que son políticos que simplemente defienden el liberalistmo, y que con sus aciertos y sus errores, no ponen en solfa los principios elementales de un país y del Estado de derecho, sino que se dedican a sus quehaceres políticos sin aportar diariamente cuatro o cinco disparatados titulares a la prensa como actualmente ocurre . Ahora les toca a historiadores y escritores, que se han salido del carril marcado por el dogma de la izquierda, y por tanto son peligrosos y hay que acabar con ellos. Zapatero, Peces Barba, Llamazares y todos estos, pueden gritar lo que quieran y llenarse la boca con que son ellos los portadores y defensores de principios elementales como la libertad de expresión, pero sus hechos nos muestran lo contrario, y yo amigos míos no me limito a vivir de topicazos sino que trato de estar informado y analizar estas situaciones, así que a mí no me engañan.
Y así se escribe la Historia. Esta la estoy viendo con mis propios ojos y no me la tienen que contar. Por eso creo a Pío Moa.

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