Aloha.
No pretendo realizar otra crónica tan detallada como la del amigo Paco Minas, que entre otras cosas ya ha dispuesto de un día de “descanso” después del ajetreo.
Primero, seguro que estaréis conmigo en que es difícil organizarse asistiendo tantas personas al mismo lugar. De hecho, estoy casi convencido de que las parejas que no tienen niños acaban al final un poco hasta el gorro, siempre comiendo a la hora de los niños, nunca pudiendo salir a tomar una copita todos juntos, etc, etc.
Después de asistir por primera vez “de cerca” al hobbie de las inmersiones marinas, creo que no es tan agradable como lo pintábais algunos: Paquito sólo se sumergió una vez, con consecuencias algo peligrosas: vomitonas, cuerpo difícil al día siguiente, ... Chiqui traía mala cara el segundo día, estoy convencido de que el agua estaba tan fría que era algo desagradable. A lo mejor en verano es más agradable para todos. E incluso me parece algo caro para meterte un ratito debajo del agua y si está el agua revuelta o algo turbia no ver nada de nada. Y por último, venir a casa sin haber pescado ningún pececillo o calamar, no tiene perdón de Dios.
El tema de las playas fue por días. Al final la gente se fue pensando que la playa de San José era la más agradable, sólo porque los dos días que fuimos no hubo tormenta de arena ni bajada generalizada de las temperaturas. Las otras playas, sin embargo eran bastante bonitas, interesantes incluso. De la de Monsul conseguí disparar unas cuantas fotografías (a ver cómo salen).
Mención aparte merece el capítulo de las pérdidas: La primera y más notable, la famosa pérdida de la llave de la Casa Jose. Todo el regimiento buscando las malditas llaves y al final estaban en la ¡Bolsa de Chiqui! Capullín, si dijiste que habías mirado en tus cosas. Bueno, cerramos la casa con 2 llaves, para que el arrendador se dé cuenta de que fuimos responsables y estuvimos buscando las llaves todo el día en las dunas de arena de Mónsul.
La segunda pérdida fueron las tarjetas y el carnet de conducir de mi chica. La amiga Elena tuvo que llamar para bloquear sus tarjetas (justo después de llamar aparecieron). Por lo menos apareció su carnet de conducir, que renovarlo siempre es un coñazo.
Las partidas de mus estuvieron repartidas, victorias a ratos (Quiniu primer día nefasto y segundo día brillante), Javi al revés, Almudena muy brillante, Marisol tuvo sus momentos, Paquito los suyos y Chiqui de pellas el segundo día. Mis actuaciones fueron malillas, no tuve buenas cartas, aunque para jugar al mus se debe jugar sin cartas....
La vuelta, al final no ha sido tan mala como la de Paquito y Ana. Sólo 6 horas y media, con amagos de gran atasco, pero por fortuna no fue así. Voy a ver si tomo una duchita antes de acostarme y termino de quitarme la arena de las orejas y las uñas que he traído de recuerdo de Mónsul.
Mañana a trabajar unos, al cole otros, ... por fin una semana de “descanso”.
La cometa se eleva más alto en contra del viento, no a su favor. Winston Churchill.