abril 13, 2005

Maravilloso y Cansado Fin de Semana

Saludos al grupo.
Sólo relatar brevemente mi, ya terminado, maravilloso, aunque agotador, pasado fin de semana. Era algo que llevábamos tiempo planeando, más o menos desde principio de año, con diferentes anulaciones, pero al fin lo conseguimos.
El equipo de mi oficina al pleno, junto con nuestros respectivos, decidimos pasar un reparador fin de semana en un estupendo SPA, aquí cerquita, en Salamanca. Al principio, cuando decidimos ir, pensamos que cuanto antes mejor, ya que las cosas que se piensan demasiado o se programan con mucha antelación, al final no suelen salir como se piensan. De hecho, se empezaron a torcer un poco, cuando con todo preparado para el primer intento de escapada, a la mujer de un compañero le llega un telegrama anunciando que era suplente de mesa electoral en el pasado referendum.
Claro, las coincidencias no vienen sólas, tratando de postponerlo para el siguiente fin de semana, el marido de mi compañera tiene una convención, luego la siguiente excusa, y tal y tal. Llegados aquí, entramos en Semana Santa, por lo que se comprende que no nos habíamos ido antes.
Bueno entrando en harina. Trabajamos el jueves por la tarde, aparecemos por casa a eso de las 9:00 PM. Ponte a hacer tu maleta. Ligera, ya que para dos días no te va a hacer falta mucha ropa. Pero... ¿hace frío en Salamanca? La previsión dice que 12 grados por el día, 0 grados por la noche. La peor época para salir, ¿te llevas ropa de primavera, o todavía de invierno?
Bueno, no termina aquí la cosa. Una vez más o menos terminada, ponte a hacer dos maletas para cada una de las niñas, ya que tus queridos cuñados deciden acogerlas este fin de semana y tienen que llevar toda clase de ropa. Bueno, me ves a las 12 de la noche llevando las maletas a casa de mis cuñados, junto con la barrera de la peque para que no se caiga por las noches de la cama, junto con un regalito... porque, todo se junta. Andrea tiene una invitación para un cumpleaños el mismo domingo que nosotros volvemos de viaje. Como no sé a qué hora vamos a volver, por si acaso dejo también el regalo allí.
Bueno, día D, o día S (de SPA). Mejor. Intentamos salir del curro todos lo antes posible, aunque vamos tomando la carretera a horas diferentes. Algo de atasquito a la salida de Madrid, por la A6 sale mucha gente, hace buen tiempo para el fin de semana. Pasado el tunel de Guadarrama se empieza a despejar la carretera. Desvío en Sanchidrián y dirección Salamanca. Aterrizamos a eso de las 6 y media de la tarde. Lástima, ya habían llegado dos compañeros y habían solicitado las mejores habitaciones. Y os preguntaréis, en los hoteles ¿no son iguales todas? Pues no. Las dos primeras entregadas (a mi compañera y al jefe) tienen estupendas vistas al río Tormes, al campo de golf, etc. El resto a unas preciosas vistas de la obra de ampliación del hotel, con los obreros dándole al mortero y tal y tal. Bueno, total ya estamos aquí, dispuestos a relajarnos plenamente en un fin de semana sin niñas, lejos de casa (siempre me ha parecido que me iba de vacaciones cuando salía un fin de semana lejos), y dispuesto a introducirnos en eso de un SPA con programa antistress.
Bueno, el hotel está en Villamayor, a cinco minutos en coche de Salamanca. Qué envidia de ciudad. Aparcas el coche en las afueras y en un cuarto de hora te presentas en el centro, en plena plaza mayor. Eso sí, cenamos en plan tapeo y alucino. Cañas o vinos para todos, ... otra ronda de doce o catorce cañas,... cada rondita con su tapita: pinchito moruno, montadito de panceta, trocito de tortilla, albóndigas de atun, a cual mejor tapa, sin pagar un euro aparte. ¡Sólo nos cobran las cañitas! ¡Otra ronda! Un lugar tras otro, cómo mola el turismo gastronómico. Después nos llevan a un par de garitos de copas, buen ambiente, mucha juventud, mucha marcha.
Día siguiente. Empezamos algo cansados, no estamos ya tan acostumbrados a salir por la noche, así que desayuno y quedada en la zona del balneario, en la entreplanta del hotel, únicamente vestidos con un bañador, unas chanclas y un estupendo albornoz prestado por el hotel. Como teníamos contratado un programa especial, tenemos que entrar por turnos, así que esperando nuestro turno, nos disponemos a realizar nuestro primer circuito termal. Yo ya lo había hecho antes en otro sitio, así que más o menos me lo conocía. Primero piscina con chorros de diferentes presiones para masajear la espalda (o lo que tú quieras), después jacuzzi, sauna, baño turco, duchas bitérmicas, duchas de esencias, termas romanas,....

En la piscina del SPA

Ya llegó nuestro turno. Nos toca probar esto de envolvimiento de algas, masaje con chorros de agua y masaje relajante. En teoría tenemos que quedar relajadísimos e hidratadísimos.
-Pase a una salita. Se quita toda la ropa y se pone este tanga y se tumba en la camilla-. Un tanga, nada de la última moda, que apenas te tapa nada, unisex, para protegerte, no sabes bien de qué. Entra la chica con un barreño de pasta de algas y te empieza a embadurnar la espalda, piernas y brazos. -Dése la vuelta-. Entonces tratas de darte la vuelta encima de una camilla cuyo recubrimiento es unas sábanas de plástico, procurando no mancharte mucho más de lo que estás (aunque de eso se trataba) y ¡upss! se te sale la cosa. Claro estos tangas no ajustan nada. No pasa nada, estamos entre profesionales. Te recolocas y por fin te das la vuelta. Terminan de untarte con las algas y te envuelven primero con las sábanas de plástico y después con una manta térmica. -Vengo en 20 minutos-. Pues esto consiste en sudar como un capullo durante esos 20 minutos. Con ello se abrirán los poros, el zumo de algas entrará en los poros y tu cuerpo se hidratará plenamente. Bien. Pasado el tiempo prescrito, entra la "enfermera" y te quita todo el tinglado térmico, y te insta a tomar una duchita. Ahora si que huele rematadamente mal. Antes las algas olían a algas. Ahora hueles a algas recalentadas junto con sudor de algas. Vomitivo.
Paso a otra salita. -Cuelgue el albornoz y el bañador, y pasa dentro, se agarra de los asideros de la pared de los lados, mirando a la pared del fondo-. Que escena más sexual. Una tipa con una manguera desafiandote, contigo en tanga, de espaldas, espectante. Empieza a enchufar con la manguera a presión. Qué puntería tiene la cabrona. Va repasandote palmo por palmo, las manos, los brazos, la espalda despacito, las piernas, los pies, las plantas de los pies, .... -Dése la vuelta-. Ahora sí. ¿Tendrá el suficiente cuidado? Parece que sí. Los pies, las piernas, entrepierna, uuuiii, pasa al abdomen (no tenemos barriga, se llama abdomen), pecho, brazos, ... menos mal que no apuntó a la cara. (¿Recordáis a Johnny Rambo?). ¿Esto es relajante? Te juro que acabas agotado, nada más que pensando en ello.
-Séquese y pase a otra salita. Se tumba y espera-. Ahora entra otra señorita que te da un masaje (algo light para mi gusto), pero relajante. Con cremita, por toda la espalda, cuello, glúteos, etc....
Despúes de casi una hora, vuelta a la piscina. Todos con cara de cansados. ¿Programa antistress? Nadie se baña ahora. Lo dejamos para mañana.

El Equipo del SPA

Bueno, el resto más o menos os lo podéis imaginar. Comida cojonuda en un pueblo cercano, Villamayor, con descojone general con mi compañero Pedro, que no para de soltar chascarrillos en toda la comida. A ver si posteo un poema que me pasó. Después siestecilla, cogiendo fuerzas para nueva salidita por la noche por Salamanca. Hasta las 3. Como unos campeones. Aunque los más jovenes se fueron los primeros. Claro a trabajar al hotel. Como nosotros ya no estamos en garantía, esto lo tenemos superado.
El domingo, algo hechos polvo por el cansancio acumulado, piscinita por la mañana, circuito termal de nuevo, recogida de cacharros y tirando para Madrid.
Para finalizar el fin de semana grandioso, me meto en un bar para ver la estupenda victoria de nuestro Real Madrid sobre los Catalanes. Aunque no creo que ganemos la liga. Se puede soñar...

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